Un nuevo informe indica que Estados Unidos no está interesado en desvincularse de su relación comercial con China y que en cambio es Beijing quien ha estado tomando medidas en esa dirección.
El informe anual de la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) reitera las insistentes quejas estadounidenses sobre el deficiente historial de China en el cumplimiento de sus obligaciones con la Organización Mundial del Comercio, incluyendo al violar, ignorar y evadir las reglas de organización multilateral. Sin embargo, el informe señala que la gran parte del daño que China inflige a otros miembros de la OMC es atribuible no al incumplimiento periódico por parte de China de las normas existentes de la OMC sino más bien al impacto diario de las políticas no gubernamentales y estatistas de China en materia económica y comercial.
Este enfoque no sólo ha aumentado en lugar de disminuir con el tiempo, según el informe, sino que también se ha vuelto decididamente predatorio. Específicamente, China ha sido implacable y no actúa con moderación mientras busca asegurar el dominio de las empresas chinas, tanto en el mercado chino como en los mercados globales.
Una vez más, USTR sostiene que las normas actuales de la OMC han demostrado ser ineficaces para resolver, o simplemente no están diseñadas para disciplinar, muchas de las políticas y prácticas dañinas no relacionadas con el mercado implementadas por China, y que se necesitan soluciones independientes de la OMC. Por lo tanto, EEUU ha seguido aplicando un enfoque multifacético que tiene en cuenta las realidades actuales de la relación comercial entre EEUU y China y los numerosos problemas que China genera para EEUU y otros socios comerciales, tanto en la actualidad como probablemente en el futuro. Este enfoque incluye (1) inversiones y políticas nacionales para apoyar las industrias de hoy y de mañana, (2) un compromiso bilateral con China centrado en las preocupaciones más fundamentales en lugar de reanudar los diálogos centrados en cuestiones aisladas, (3) explorar cómo utilizar de forma más eficaz y mejorar las herramientas comerciales internas, y (4) trabajar con otras partes para generar apoyo con vistas a encontrar soluciones a los muchos problemas que China ha creado para el sistema de comercio global.
Sin embargo, el informe enfatiza que EEUU no está interesado en desvincularse de China, ya que no abordaría los problemas detallados en el informe. El enfoque estadounidense se caracteriza más apropiadamente como uno de reducción de riesgos y diversificación, según el informe, como lo demuestran las medidas específicas que se han tomado en materia de control de las exportaciones y las inversiones en el exterior para proteger la seguridad nacional.
Por el contrario, el informe alega que la propia China parece estar siguiendo una estrategia de desacoplamiento, y no sólo de EEUU. El informe cita como ejemplo la estrategia de circulación dual que China implementó en 2020, bajo la cual China – al menos por ahora – continúa exportando al mundo (a menudo a precios predatorios), acogiendo a las empresas extranjeras que operan en China e importando productos que requieren las empresas chinas, especialmente en el sector de la tecnología. Sin embargo, el informe afirma que una vez que las empresas chinas sean capaces de desplazar a la competencia extranjera en cualquier industria especifica del mercado chino, el estado chino ya no dará la bienvenida a las empresas extranjeras y a sus productos.
USTR concluye que esta estrategia es una prueba adicional de la intención más amplia de China de remodelar el orden internacional y alejar al mundo del compromiso basado en reglas y premisas de la competencia de mercado.
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