USTR ha anunciado los resultados de una investigación llevada a cabo bajo la Sección 301 que ha concluido que los actos, políticas y prácticas de China en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval son procesables en virtud de esa ley.
USTR ha determinado que la selección de estos sectores por parte de China para ejercer dominio (1) es irrazonable porque desplaza a las empresas extranjeras, priva a las empresas orientadas al mercado y a sus trabajadores de oportunidades comerciales, reduce la competencia y crea dependencias de China, lo que aumenta el riesgo y reduce la resiliencia de las cadenas de suministro; y (2) sobrecarga o restringe el comercio estadounidense al socavar las oportunidades comerciales y las inversiones en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval estadounidenses, restringe la competencia y la elección, crea riesgos de seguridad económica a partir de la dependencia y las vulnerabilidades en sectores críticos para el funcionamiento de la economía estadounidense, y socava la resiliencia de las cadenas de suministro.
USTR indicó que su determinación provee “una base para determinar que es adecuada una acción de respuesta” pero que cualquier decisión de ese tipo “se consideraría en una fecha posterior en la siguiente etapa de la investigación.” Como tal, podría utilizarse para aumentar aún más los aranceles a las importaciones procedentes de China, como ha amenazado el presidente Trump al comienzo de su administración.
Los peticionarios solicitaron originalmente que, si la determinación de USTR fuese afirmativa, se adoptaran las siguientes medidas:
- imponer tarifas a los buques construidos en China que atracan en puertos estadounidenses, con tarifas más altas para los buques más grandes, más pesados y más nuevos y aumentos de tarifas en intervalos regulares (la petición menciona una tarifa hipotética de un millón de dólares para un barco de 20,000 TEU, que alegó que no aumentaría significativamente los costos para los consumidores estadounidenses);
- utilizar los ingresos generados por estas tarifas para establecer un fondo de revitalización de la industria de construcción naval nacional, con prioridad para los buques cisterna, de carga y de contenedores;
- tomar medidas para respaldar una mayor demanda de buques construidos en EEUU, tales como ordenar a CBP que rescinda los dictámenes que crean exenciones a la Ley Jones, garantizar que las preferencias de carga se apliquen y se fortalezcan plenamente, y exigir exportaciones de gas y petróleo como parte de ayuda exterior o acuerdos comerciales que se llevarían a cabo en buques cisterna construidos en EEUU;
- abordar los esfuerzos de China para dominar las plataformas y equipos de infraestructura portuaria y logística; y
- negociar con Japón, Corea del Sur y otros importantes países constructores navales para tratar las preocupaciones sobre sus propios programas de apoyo gubernamentales y coordinar medidas para abordar las prácticas desleales de China.
Sin embargo, la Sección 301 también otorga a USTR el poder de responder a las prácticas comerciales desleales imponiendo aranceles y la administración Trump no se limitará a las solicitudes de los peticionarios al considerar qué medidas, si las hubiera, debería tomar en respuesta a las conclusiones de USTR.
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