El pasado 1 de enero México eliminó la Administración General de Aduanas (AGA), que había operado bajo la autoridad del Servicio Central de Administración Tributaria de México (SAT). En su lugar, México estableció la nueva Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) bajo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
La ANAM ahora es responsable de la gestión, organización y operación de las funciones de inspección fronteriza y de aduanas mexicanas. En particular, la ANAM tiene a su cargo, entre otras responsabilidades:
- recaudar impuestos de importación y exportación de las operaciones de comercio internacional, incluidos todos y cada uno de los derechos especiales y las tasas de tramitación aduanera;
- implementar y hacer cumplir las leyes aduaneras mexicanas, incluso a través de inspecciones, verificaciones y otros medios;
- supervisar áreas fiscales especiales, aduanas y activos asociados;
- educar al público sobre las leyes aduaneras de México y el adecuado cumplimiento; y
- mantener la seguridad en los puertos y otros puntos de acceso en todo México, en coordinación con las fuerzas armadas mexicanas y otros intereses de seguridad nacional.
Si bien la ANAM tiene autoridad administrativa general sobre estas funciones aduaneras, opera en conjunto con las fuerzas armadas mexicanas, particularmente en la ejecución de la última función mencionada anteriormente. En ese sentido, las oficinas fronterizas de la ANAM son supervisadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y sus oficinas de aduanas marítimas son supervisadas por la Secretaría de Marina (SEMAR), mientras que la ANAM opera de manera independiente solo sus aduanas interiores. Como resultado, muchos militares han sido transferidos a la ANAM para desempeñar funciones aduaneras, y la ley permite que la mayoría de los puestos de nivel directivo dentro de la ANAM sean ocupados por oficiales actuales o anteriores de las fuerzas armadas mexicanas.
Por el contrario, el SAT ha retenido solo ciertas autoridades aduaneras y de comercio internacional asociadas con el cumplimiento de la ley tributaria y la recaudación de impuestos, particularmente después del despacho de aduanas.
Implicaciones para Empresas que Importan a México
Si bien la creación de la ANAM y su supervisión militar fue una táctica del gobierno mexicano para combatir la corrupción en la administración de aduanas, esta estrategia ha comenzado a causar innumerables desafíos de implementación para los importadores mexicanos. Por ejemplo, el personal militar que ha sido trasladado a las oficinas de la ANAM carece de experiencia y conocimientos incluso en los asuntos aduaneros más rutinarios. Entendemos que esto ha comenzado a causar retrasos sustanciales en el procesamiento administrativo. También se ha expresado preocupación por la posible disminución de la transparencia de las oficinas de aduanas bajo la responsabilidad del personal militar.
Los importadores mexicanos también han comenzado a expresar su preocupación por posibles discrepancias en las interpretaciones legales y por procedimientos de cumplimiento contradictorios entre la ANAM y el SAT. En particular, entendemos que la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) envió una carta a los titulares de la ANAM y el SAT, así como a los secretarios de Economía y Hacienda, quejándose de procedimientos contradictorios y adicionales, problemas de propiedad intelectual con importaciones y exportaciones, retrasos en la administración aduanera y falta de orientación clara del gobierno. La industria automotriz representa una parte significativa de las importaciones y exportaciones totales de México, por lo que es muy poco probable que estos temas sean aislados.
Los importadores en México deben permanecer atentos al despacho de sus envíos a través de la ANAM y deben contar con el apoyo de sus agentes aduanales y asesores legales, en dado caso de que se detecten problemas.
Para obtener más información sobre este tema, comuníquese con Juan Moreno al (415) 490-1402 o por correo electrónico.
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