En una declaración conjunta emitida el pasado 12 de agosto, los Departamentos de Estado, Comercio, Energía y Transporte de EEUU anunciaron que EEUU rechaza rotundamente una propuesta de acuerdo internacional para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero del sector marítimo.
Este octubre, los miembros de la Organización Marítima Internacional considerarán la adopción formal del “Marco Neto Cero” de normas de combustible para buques. Según la OMI, este marco es “el primero del mundo en combinar límites obligatorios de emisiones y precios de GEI en todo un sector industrial.” Bajo este marco, los buques tendrían que reducir su intensidad anual de GEI en el combustible con el tiempo. Los buques que emitan por encima de ciertos umbrales estarían obligados a adquirir unidades de remediación para compensar su déficit de emisiones, y aquellos que utilicen tecnologías de GEI cero o casi cero podrían optar a recompensas financieras. Estas medidas, que entrarían en vigor en 2027, serían obligatorias para los buques transoceánicos de más de 5,000 toneladas brutas, que, según la OMI, emiten el 85 por ciento de las emisiones totales de CO2 del transporte marítimo internacional.
Sin embargo, la declaración estadounidense afirma que este marco “constituye en realidad un impuesto global al carbono para los estadounidenses, recaudado por una organización de la ONU irresponsable” que “beneficiaría convenientemente a China al exigir el uso de combustibles costosos no disponibles a escala global.” La declaración también alega que el marco en cuestión impediría el uso de tecnologías probadas que impulsan las flotas navieras globales, incluyendo opciones de bajas emisiones donde la industria estadounidense es líder como el gas natural licuado y los biocombustibles. En su lugar, exigiría a los buques pagar multas por incumplir estándares de combustible y objetivos de emisiones inalcanzables.
Al afirmar que la administración Trump “no tolerará ninguna acción que aumente los costos para nuestros ciudadanos, proveedores de energía, compañías navieras y sus clientes, o turistas”, la declaración advierte a otros miembros de la OMI que EEUU “buscará su apoyo contra esta acción y no dudará en tomar represalias o explorar soluciones para nuestros ciudadanos si esta iniciativa fracasa.” Un artículo de Law360 indica que dichas represalias podrían incluir “aranceles, restricciones de visados o gravámenes portuarios, y potencialmente una combinación de estas medidas.”
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