Funcionarios estadounidenses indicaron la semana pasada que se podrían tomar medidas de represalia contra México como parte de una disputa sobre las importaciones de maíz transgénico de ese país.
En diciembre de 2020, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, emitió un decreto que prohibirá las importaciones de maíz transgénico a partir del 31 de enero de 2024. Las autoridades mexicanas aseguraron inicialmente a EEUU que dicho decreto no afectaría al maíz amarillo, el tipo de maíz más común comercializado entre los dos países, pero se retractaron de esa posición el pasado mes de noviembre. Las autoridades estadounidenses están preocupadas por el impacto del decreto ya que México es el segundo mercado más grande para las exportaciones de maíz estadounidense y el 90 por ciento del maíz estadounidense está modificado genéticamente.
Altos funcionarios de EEUU se reunieron con sus homólogos mexicanos la semana pasada para abordar las “graves preocupaciones” que tiene EEUU sobre este tema. México propuso algunas modificaciones al decreto a finales del año pasado, incluida la postergación de la prohibición hasta 2025 y la exclusión de las importaciones de maíz amarillo utilizado solo para la alimentación animal, que aparentemente constituye un gran porcentaje de los envíos de maíz de EEUU a México.
Sin embargo, los funcionarios estadounidenses indicaron que los cambios propuestos “no son suficientes” y señalaron que no están basados en la ciencia y que “todavía amenazan con interrumpir miles de millones de dólares en el comercio agrícola bilateral, causar un daño económico grave a los agricultores estadounidenses y a los ganaderos mexicanos, y entorpecer importantes innovaciones que sen necesitan para ayudar a los productores a responder a los apremiantes desafíos climáticos y de seguridad alimentaria”.
Como resultado, indicaron los funcionarios, “si este problema no se resuelve consideraremos todas las opciones, incluida la adopción de medidas formales para hacer cumplir nuestros derechos en virtud del Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá.” Inicialmente, esto implicaría proceder con un caso de resolución de disputas pero eventualmente podría resultar en medidas de represalia, como el aumento de los aranceles sobre las importaciones de México.
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